La investigación surge del pasado que trata de esconder la ciudad de Valdivia, donde cada día se torna más urbana, pero las huellas del pasado siguen aquí, en las calles, en las esquinas, donde un caballo y una carreta comparten nuestro camino, haciendo que los semáforos no sean sólo para vehículos con ruedas, sino que también para vehículos de carne y hueso.
El asombro por la gran diversidad de los medios de transporte alternativos en las calles Valdivia, donde cada vehículo nace de la imaginación y necesidad de sus creadores; donde ser anciano o minusválido, no es impedimento para salir por las calles a dar un paseo o simplemente a sus trabajos, en un carro creado por ellos.
El aspecto social con la que cargan estos inventos y carretas, no son menores, ya que en su mayoría son usados por individuos de bajos recursos, que necesitan de ellos para poder subsisitir.
La motivación principal, es que la gran mayoría de estos inventos no contaminan, así, estimulando a toda una comunidada usarlos.
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